Pocas cosas son tan apasionantes para mi como aquellas que describen, a través de fórmulas o ecuaciones, el comportamiento de los fenómenos que nos rodean permitiendo interrelacionar (y de alguna manera predecir) lo que sucederá con determinado fenómeno a raíz de esa relación que lo describe. En astronomía, las leyes de Kepler describen el movimiento